"He vendido un millón de copias de tu película, Sicarios Manabitas". Quien se lo dijo fue un hombre que había pirateado su creación, en Santo Domingo de los Tsáchilas.
"Me aplastó saber eso, el golpe fue muy fuerte y me quedé deprimido", reconoce hoy Fernando Cedeño, el chonense creador de un filme que se ha vendido más allá de lo que su autor quizás pudo imaginar cuando lo escribió y participó en él.
Uno puede verla en un viaje en bus, o en puestos de venta en Manabí, Quito o Guayaquil. "Me han dicho que también en Colombia se vende y un amigo me comentó que la vio en un puesto de venta en Zaragona, España, a 15 dólares", dice Fernando.
Algo diferente
La historia comenzó hace 15 años, cuando Fernando y sus amigos decidieron incursionar en algo diferente (ver aparte) y, casi sin darse cuenta, empezaron a hacer cine.
"Sicarios nace de una historia real, contada por ex delincuentes", refiere Cedeño.
Eligieron un entorno natural, de campo, para hacerla. Y luego vino el éxito, pero que a él no le ha reportado grandes ganancias.
"Si hubiera un Oscar en el Ecuador, tú tendrías uno", le dijo en una ocasión Jorge Luis Serrano, del Consejo Nacional de Cinematografía.
"Pero hacen falta recursos -señala-, que se apoye el arte".
Y hay más novedades. "Un día empecé a escribir la segunda parte de Sicarios Manabitas. Habrá a quienes no les guste, porque se tocará a algunas personas", anuncia. Quizás en el 2010 llegue y sea otro éxito.