Carlos Santos, por ejemplo, morador de la Siete de Agosto, veía con desesperación el aumento del nivel de las aguas, el cual estuvo a punto de superar la acera.
En otros lugares, en cambio, las aguas afectaron domicilios y sus habitantes debieron poner a buen recaudo los enseres para evitar que se dañen.
El caudal del río Chone aumentó debido a que sus afluentes, el río Grande y Mosquito, crecieron como consecuencia de las lluvias en el sector montañosa del cantón.
Pero pese al copioso aguacero no se registró ningún tipo de emergencia. Los bomberos solo recibieron llamadas de personas que se dedican a llamar al 102 para faltarles el respeto.
Edison Minaya, jefe de turno del fin de semana, expresó que estuvieron atentos con sus vehículos y personal para intervenir en alguna novedad, sin embargo y por fortuna no se dieron desgracias de ningún tipo.