La estimulación temprana se inicia desde la vida intrauterina, es aquí donde el feto empieza a relacionarse con el entorno, a través de voces, música y caricias brindadas por sus padres. Una vez que el niño nace y a medida en que va creciendo, esa estimulación debe fortalecerse contando con una mayor participación de los padres, hay que tener en cuenta que el crecimiento vertiginoso del cerebro es hasta los tres años de vida, manifiesta el Hemato/Oncólogo Pediatra Julio Guillem.