Su labor es trascendente, porque su intervención está dirigida a reducir las incomprensiones, ingratitudes, injusticias y los maltratos que a diario surgen de los defectos naturales que conlleva el hombre, muchos más acentuados en su organización como colectividad.
La misión es un apostolado, como la del maestro, la del evangelizador, la del conquistador de un equilibrado trato para todos, y a pesar que cada día se vuelve más difultoso lograr, su deber es continuarla hasta lograr su objetivo.
Es que tiene que ver con el comportamiento humano, enfrentándose a la variedad de caracteres y sentimientos, frente a los cuales debe ejercer la mayor responsabilidad de equilibrio emocional para no hacer del problema su contrincante sino su aliado en la búsqueda de la solución.
Presentamos, con esta oportunidad, un saludo a la clase profesional del Trabajador Social y a quienes sin serlo lo practican, esperando que su esfuerzo diario los fortifique en su promoción del cambio social.<