A las 00:15 se dió el mayor sismo, el cual fue localizado en el mar, entre la Península de Baja California y el estado de Sonora, sacudiendo el noroeste mexicano, donde despertó a numerosos habitantes de la zona del golfo.
El día anterior, otro movimiento telúrico de 6,5 grados bamboleó edificios de la capital mexicana los cuales fueron desalojados. Ninguno de ambos temblores causó daños ni víctimas.
Los fuertes movimientos originados desde el pasado 20 de marzo en al menos tres puntos de la costa del Pacífico de México y que no han provocado daños mayores, mantienen alerta a organismos de socorro y a la población, en un país que vive con la amenaza latente de un fuerte terremoto, informó Diario El Universo.
“Sabemos, que estos sismos no son el gran sismo esperado en México, tenemos escenarios mucho más delicados que amenazan a nuestro país y que no sabemos cuándo van a ocurrir, pero que sabemos van a ocurrir”, dijo en conferencia de prensa Laura Gurza, directora del estatal servicio de Protección Civil, quien agregó que los nuevos sismos han obligado a las autoridades a reforzar los planes de prevención.
La actividad telúrica se ha incrementado en la costa del Pacífico en estas tres semanas con más de 400 sismos, en una zona donde se registra una amplia acumulación de energía en las cuatro placas tectónicas que confluyen: la de Cocos (que viene desde Centroamérica), la del Pacífico, la Norteamericana y Rivera, según el Servicio Sismológico de México.