En el paraninfo de la universidad Eloy Alfaro estaba ella, junto a 107 nuevos médicos.

Analía era la tercera de la primer fila. Sentada a pocos metros de donde se encontraba la mayoría de fotógrafos, y a los que ella no dejaba de sonreír. Es que en todas las fotos tenía que salir bella.

Eran las 19h00, y un pasillo ecuatoriano cantado por el coro de la universidad daba apertura a la entrega de títulos.

El maestro de ceremonia pedía orden a los fotógrafos. Dijo que tomaran las fotos lejos de la mesa donde estaban autoridades de la ciudad y de la universidad.

El primer grupo de médicos subió a la tarima, y hasta ese momento la palabra del moderador  era respetada. Pero todo cambió cuando subió el grupo deAnalía. Ella fue el centro de atracción. Los flashes no dejaban de iluminar su rostro.

Luego de obtener su título, bajó de la tarima para decir que se sentía feliz y que era para ella un día especial, porque ya era doctora.

Pero lo que no pudo ocultar su rostro fue el mal momento, dice ella, que pasó cuando la nombraron para recibir su título.

A ella la llamaron Rolando Bravo, aunque su nombre legal ahora es Analía Cristel Bravo. Su enojo fue claro y se notó por segundos en su rostro.

Analía salió después a celebrar su logro, en una fiesta familiar y entre amigos en el centro de eventos Vic Clar.