El temblor tuvo lugar a las 12.55 hora local (03.55 GMT) y su hipocentro se situó a veinte kilómetros de profundidad en la costa de la provincia de Fukushima, la misma donde se encuentra la accidentada planta nuclear de Daiichi.

En la escala japonesa, que se centra más en las zonas afectadas que en la intensidad del temblor, el seísmo se llegó a sentir con un nivel de 4 en la escala de siete en la provincia de Ibaraki, vecina a Fukushima, donde se sintió con una intensidad de 3.

Además se sintió con menor intensidad en otras once provincias, incluida la capital, Tokio, donde alcanzó una intensidad de 1 grado, el mínimo en la escala japonesa.

Según la cadena nipona NHK, a pesar sentirse con fuerza en Ibaraki, no se ha informado de daños en la central nuclear de Togai, ni en la maltrecha de Fukushima, protagonista de la peor crisis nuclear desde la de Chernóbil en 1986, y cuyos reactores, al igual que los de Togai, permanecen detenidos.

Tampoco se ha informado de la paralización en los servicios de tren bala (Shinkansen) ni de anomalías en las zonas colindantes.

En el año posterior al gran terremoto de marzo de 2011, que desató un devastador tsunami que dejó más de 18.000 muertos, Japón registró más de 7.200 temblores, de los que medio millar superaron los 5 grados Richter.