En Beijing, ciudad organizadora del evento, el número de turistas extranjeros cayó el mes pasado un 14 por ciento, y las reservas en hoteles de cuatro y cinco estrellas del 16 a 7 por ciento. La causa, según expertos, son las múltiples restricciones que a nivel político el gobierno mantiene con sus habitantes. Por ejemplo, el acceso a algunos sitios de internet estará restringido para los periodistas extranjeros cubriendo los Juegos Olímpicos. El anuncio va en dirección contraria a la promesa de hace 7 años cuando Beijing, al postularse como anfitrión de los juegos, ofreció libertad completa a los medios durante el evento. Un informe de Amnistía Internacional dice que por motivo del evento deportivo, miles de activistas chinos han sido encerrados, periodistas de oposición han sido detenidos y ha aumentado el uso de campos de trabajo forzado en las fábricas. Amnistía Internacional señala además que los principios que fundamentan a las olimpíadas están bajo amenaza y pidió al Comité Olímpico Internacional que adopte una posición más enérgica en relación a los derechos humanos. La Administración Estatal de Prensa y Publicaciones china vetó la comercialización de todo producto audiovisual que tenga “elementos de misterio y horror”, “historias de ficción y personajes de aspecto extraterrestre, ideados con el único objetivo de causar terror”, supuestamente para “proteger el desarrollo psicológico de niños y adolescentes”. El gobierno del presidente Hu Jintao prohibió desde mayo la venta de comida de perro en restaurantes y en 221 centros de expendio para evitar una mala imagen de su país. China cuenta con una población de 1.313 millones de habitantes y con un sinnúmero de prohibiciones que la ubican como el país socialista más radical en el mundo. La incidencia de las censuras es tal, que el tema deportivo no queda exento. Por ejemplo, el Comité Olímpico de Nueva Zelanda (CONZ) prohibió a los atletas neozelandeses hacer comentarios políticos en las instalaciones olímpicas en Beijing. Los atletas belgas tienen también prohibido usar cualquier insignia que proteste contra las violaciones a los derechos humanos de China. En el área de salud, el gobierno sigue firme en su prohibición de conceder visados de entrada a visitantes enfermos de sida, frente a las denuncias de discriminación esgrimidas por numerosas asociaciones internacionales. Pese a las Olimpíadas, miles de visas de ingreso fueron negadas y los permanentes controles policiales en las calles hacen de este país un campeón olímpico, pero en restricciones. no a publicidad "obscena o supersticiosa" El Gobierno chino no tolerará anuncios publicitarios con contenido "obsceno, sexual o supersticioso" durante los Juegos que puedan dañar la imagen de China, según advirtió un comunicado oficial. En vez de publicitar tabaco o productos que aseguran mejorar la potencia sexual, las compañías deberán promocionar los principales lemas olímpicos, como las "Olimpíadas verdes" o las "Olimpíadas cultas", indicó el comunicado, que recordó que, de lo contrario, los infractores "serán tratados según la ley". El gobierno pidió a los medios que presten especial atención a aquellos anuncios que tengan contenido religioso, relativo al terremoto de Sichuan y aborden temas delicados como "la soberanía, la integridad territorial y la seguridad nacional" de China. El texto, emitido por seis departamentos gubernamentales, entre ellos el de Propaganda, aseguró que "el orden el mercado publicitario olímpico tiene una relación directa con la imagen nacional china". Desde hace meses, China ha lanzado varias campañas destinadas a controlar las firmas de publicidad y limpiar los medios de comunicación, y en especial los portales de internet, de lo que el régimen califica como "publicidad legal".